Al niño que nunca tuve y a quienes no tuvieron el valor de enfrentar al mundo por él. A todas aquellas mujeres que no sabemos si dar o quitar la vida.
Ayer supe que estabas ahí, no sé cómo, pero lo supe. Te sentí en mi piel, en el cuerpo y en el alma.
Aunque estaba casi segura, necesitaba confirmar si en realidad existías.Tu padre me acompañó al médico y en ese mismo día supe que no estaba equivocada. Aunque siempre te había soñado y deseado mucho. Cuando confirmé tu presencia sentí mucho miedo, fue como un golpe al corazón. Tu latido era tan fuerte que retumbaba en mis oídos. Sentí que las piernas no me respondían, por un instante todo se oscureció. Tu padre que estaba a mi lado quedó tan sorprendido como yo, él nunca se imaginó que todo sería verdad.
—Tengo mucho miedo, —entiéndeme hijo. —No temo a enfrentarme al mundo, ni a nadie más, simplemente tengo miedo a equivocarme con respecto a ti, porque llegaste de repente y no estaba preparada.
—No sé si lograrás comprender, —quisiera saber que sientes tú, que deseas, si quiere o no venir al mundo. —¿Cómo saber que es lo correcto?. Tú no puedes decírmelo, solo sé que aunque hayas llegado a mí por error, quiero que te quedes, es lo único que importa y voy a hacer todo lo posible porque así sea.
Aquella noche, tu padre y yo fuimos en busca de alguien con experiencia que nos pudiese aconsejar y orientar. Fuimos a la casa de una prima que era casada. Al estar allí, tu padre dijo que me amaba, se casaría conmigo si era lo que yo lo deseaba, que jamás me dejaría sola. Me sentí tan feliz, porque el hombre por el que entregue tanto, compensara de alguna manera todo mi amor durante tantos años.
En muy mala hora fuimos también a casa de la hermana de tu padre a buscar un nuevo consejo.
—No debes tener ese hijo, es lo mejor que puedes hacer, —opinó la hermana de tu padre.
Fueron las palabras más tristes y crueles que pude escuchar en aquel momento, fue como un puñal que me clavaran en el pecho, pero más grave aún cuando tu padre argumentó.
— Mi hermana tiene razón es lo mejor, tienes que abortar, — manifestó tu padre.
Como si fueras un objeto, un paquete del que hay que deshacerse.
—No voy a cambiar de parecer, se oponga quien se oponga, tendré mi hijo, —respondí sin comprender el cambio de actitud repentino de tu padre.
Luego se extendió una larga conversación entre ambos en la que se alternaban ruegos y consejos.
—Piénsalo, arruinarás tu vida y tus estudios, —comentó tu padre.
Sentí mucha tristeza por él, que engañada estaba yo, me dio vergüenza amar a alguien así.
Amor, no sabría por donde empezar a explicarte el significado de esa palabra, porque ni yo misma la entiendo. Todos hablan de amor y en nombre de ese amor te destruyen. Enamorarme, amar, no sirve más que para olvidarse de uno mismo, de nuestra dignidad, de nuestra libertad y nuestros derechos. Es solo un salto al vacío, miedo a la soledad. Quisiera tener la manera mi pequeño y gran amor de explicarte el significado de esa miserable palabra.
Fuimos hablar con mi madre para escuchar su opinión al respecto. Al escuchar el relato, mi madre se angustió y me pidió que me deshiciera de ti. Nunca me imagine cuán decidida estaba yo a que vinieras al mundo. Tu padre una vez más demostró su cobardía e inmadurez, volvió apoyar la absurda decisión de interrumpir el embarazo.
En esta oportunidad hablé con la familia de tu padre. Su madre se imaginaba todo por la actitud que él había tenido en días pasados.
—¿Qué van a hacer? —preguntó tu abuela, —Nos casaremos, respondimos en una sola voz.
De repente ocurrió algo que no preveía, nos tocó hablar con mi padre, pero antes de hacerlo, tu padre habló con su familia una vez más. ¿Qué ocurrió allí? ¿Qué le dijeron a tu padre?, solo sé que el hombre que llegó a mi puerta minutos después, no era el mismo. Su mirada era agresiva, fría, arrogante y con voz muy dura.
—No voy a casarme contigo, nada me obliga. —dijo tu padre.
Sentí como una llama de fuego recorriera mi cuerpo, era una mezcla de dolor, tristeza, rabia y decepción que no podía describir.
— Entonces lárgate, —le respondí.
Al llegar donde mi padre, tu padre no quiso asistir. Expliqué a papá la situación que estaba viviendo y fue comprensivo conmigo y me brindo su apoyo.
—No le pediré a ningún hombre que se case contigo, —exclamó mi padre. —No te hace falta para nada.
Ese día me sentí muy feliz de contar con el apoyo de mi padre y decidí irme con él a su casa. Papá vivía en otro lugar, era casado nuevamente y tenía otra familia.
A pesar de que en aquel momento quería odiar a tu padre con todas mis fuerzas, añoraba verlo y estar a su lado. El teléfono sonaba a todas horas y cuando mi padre atendía la llamada, nadie respondía del otro lado. Yo sabía que era tu padre y me desesperé por no poder hablarle.
Un día, mi papá me llevó donde tu abuela materna y aproveché la oportunidad de llamar por teléfono a tu padre y estas fueron sus palabras.
—Te quiero, no te abandonaré nunca más. —dijo tu padre. —Hablaré con mi familia para que vengas a vivir conmigo.
Días después recibí una llamada de tu padre.
—Mi familia no aceptó que vinieses a vivir con ellos, —dijo tu padre.
Que triste fue aquel momento, me trataron con desprecio como si lo que yo llevaba por dentro no fuese parte de ellos también.
La situación en la cual me encontraba yo, era muy dolorosa para mi madre y decidió hablar con la familia de tu padre para saber que decidir sobre nosotros, pero lo que recibió de respuesta fueron palabras muy dolorosas para ella.
—Mi hijo no arruinará su porvenir casándose con tu hija. —exclamó su madre.
Mi madre herida por aquellas palabras.
—Tu hijo nunca ha tenido futuro y quien se arruinaría el suyo es mi hija.—respondió mi madre.
Tenía razón mi madre, tu padre no valía la pena, no fue noble conmigo cuando más lo necesité, no era aquel de quien yo me enamoré, un joven tierno, bondadoso, al que una vez amé con todo mi ser, se había ido, ya no existía.
Sabes, tu padre siempre me decía que no matara a ningún animalito, porque ellos tenían derecho a la vida, pero él me pidió que matara a su propio hijo. ¿No entiendo?
Cuando una mujer está embarazada, la ayudan y la cuidan, todos me decían que abortara. Yo pregunto, ¿Quién tiene la razón, ellos o nosotros?
A pesar de todo aquello, tu padre aún seguía conmigo y me apoyaba, pero poco a poco fueron cambiando las cosas. Descubrí que tu padre me engañaba. Una amiga me informó de que tu padre había dicho que jamas se casaría conmigo, solo mentía para que yo estuviese conforme. En aquel momento sentí odio hacia él, sentí ganas de matarlo. No había dolor dentro de mí, las lágrimas se congelaron en mis ojos y a partir de ese instante mi corazón se convirtió en témpano de hielo y me dije a mi misma. Se acabó, nadie se va a burlar de mí nunca más. No quería volver a verlo jamás. Me quedé allí sentada como ausente, no había dolor en mí, solo rencor y más rencor.
Fui a ver a mi padre, él es ginecólogo e hizo que te viera por primera vez en una pequeña pantalla, Allí vi tu primera fotografía, tienes cinco semanas. Todos los días calculo tu edad y busco tu fotografía, no logro distinguir con mucha claridad lo que hay en ella, pero sé que ya debes tener una cabeza y tu columna vertebral. Qué puedo decir mi pequeño y gran amor, el mundo no es lo que yo creía, la gente que estaba a mi alrededor no era buena como yo pensaba. Tu padre me mintió, fue el peor de todos.
Estoy durmiendo mal y he tenido muchos dolores de vientre, no sé que pensar, tengo miedo de perderte. Después de todo no me extrañaría que no quisieras venir a este mundo con todo lo que te he contado, de saber toda la maldad que hay aquí fuera, después de sentir todo el rechazo de tu propio padre y de su familia.
Tu tía mayor fue muy mala conmigo, muy dura a pesar de que ella es madre también, me echó a la calle sin ningún remordimiento, Tu abuela fue tan cobarde como tu padre y actuó al igual que todos., pero hubo una de ellos que no fue mala, en algún momento me dio su apoyo y me brindó ayuda, después de todo, no todos son malos.
Tu padre no ha vuelto a dar señales de vida, lo último que supe de él que lo enviaron de viaje, obviamente para que se lavara las manos de todo esto, como si lo hubiese creado sola.
Hoy tuve una sorpresa muy agradable, una tía tuya muy querida por mí, trajo un obsequio para ti, eran cosas muy lindas, camisetas y hasta un tetero con música. Tu tía es muy tierna con los niños, bueno, ella es hija de la mujer de mi padre, no es mi hermana de sangre, pero como si de afecto.
Tu padre llamó para saber de ti, le respondí que no le importabas y porque ya no existías, me había deshecho de ti. Le mentí porque quería herirlo, quería alejarlo de mí para siempre. Perdóname mi pequeño.
Tu padre es un eterno niño y lo seguirá siendo siempre, un niño al que hay que dar de comer, limpiar, servir, aconsejar y proteger de sus propias debilidades. No lo culpo, sino por ser un gran cobarde, que no tuvo valor para enfrentar la vida, ni siquiera por su hijo. Él siempre se ha justificado pensando que lo hizo por los errores que yo cometí, pero yo no creo que exista un error tan grave, para hacer tanto daño como el que nos hizo a ti y a mí.
Entonces comprendí, que aquella vez que le dije a tu padre que ya no existías, hice de mis palabras un decreto. Todo cuanto decimos es como una maldición que nos lanzamos a nosotros mismo, es por ello que a veces es mejor callar. Un día desperté y ya no existías, tal como lo había decretado, solo quedaba un gran vacío y un gran dolor. La única culpable era yo, a lo mejor la vida o ellos. En estos momentos no tengo respuestas a estas interrogantes. Solo pido a Dios que algún día perdone a tu padre y a toda su familia, sabes por qué, yo nunca lo haría.
Todos los óvulos y todos los espermatozoides reunidos, en todas las combinaciones posibles, jamás podrán crearte nuevamente a ti, no volverás nunca más, por eso no puedo perdonar a quienes nos hicieron tanto daño y no lo haré jamás.
La vida es cruel mi pequeño y gran amor, pero existe, yo seguiré adelante y la vida se encargará de dar a cada quien lo que merece, por eso estoy tranquila, algún día yo seré muy feliz con una gran hombre que me ame y seré madre al fin, aunque no pueda ser la tuya, pero seré la mejor, en tu nombre lo prometo..
MI PEQUEÑO GRAN AMOR
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