INTRODUCCIÓN
El ruiseñor es un bello pájaro muy conocido por su canto en la cultura popular. Puede oírse cantar tanto de día como de noche; pero su canto se escucha mejor en la quietud de una cálida tarde de primavera, cuando los machos compiten para atraer a las hembras. Es fácil escuchar cantar al ruiseñor pero muy difícil verloAunque muy adornado y articulado, el canto del ruiseñor es bastante simple. Consiste en una secuencia formada por muy pocos elementos: algunos silbidos in crescendo, trinos simples y notas enlazadas, todo ello combinado con tanta decisión, tanta habilidad, que es difícil escuchar dos motivos iguales.Al caer la noche, su canto se destaca sobre el indeciso estridular de los grillos, el croar de los anfibios y los silbidos cadenciosos de los autillos.
El ruiseñor y su bello canto ha sido motivo de inspiración para poetas y escritores, compositores. Sobre él se han escrito cuentos, poemas, canciones, arreglos musicales, obras de teatro y hasta películas.
Hans Christian Andersen (1805) escritor danés cuya obra comprende diversos libros de poemas, novelas y piezas para teatro, tuvo mayor celebridad con las magnificas colecciones de cuentos de hadas que publicó entre 1835 y 1872. El ruiseñor es uno de los grandes clásicos de la literatura infantil de este escritor.Posteriormente, (1918 – 1972)), en la década de los cincuenta, el escritor español Jesús María de Arozamena, escribió el poema “Ruiseñor” donde narra la historia de una princesa prisionera en un viejo torreón y de un príncipe convertido en ruiseñor que por la magia del amor logra su libertad. La letra de este poema fue convertida en canción en ritmo bolero por el compositor francés Francis López e interpretada por el tenor español Luís Mariano quien la popularizo en los años cincuenta tanto en España como en latino américa.Entre los años 1953 y 1955, el compositor y director de orquesta, Luís María Frómeta, nacido en República Dominicana (1915) y más conocido como “Billo Frómeta”, escribió la letra de la canción versión venezolana “Ruiseñor” pero conservando la misma partitura de su compositor original “Francis López”.Entre los años 1945 y 1957, la emisora radial “Radio Caracas” presentaba diariamente a las 5 de la tarde, el programa musical “A Gozar Muchachos” animado por el locutor Musiú Lacavalerie y la orquesta Billo Caracas Boy’s. En ese programa, alrededor del año 53, se escuchó por primera vez la canción “Ruiseñor”, cuyo intérprete fue el cantante Rafa Galindo, quien desde ese entonces popularizó dicha canciónCuando niño, era muy aficionado a los cuentos relacionado con príncipes y princesas, de reyes que sufrían por el amor de una princesa. Aquellos cuentos de hadas estimulaban mi fantasía y el soñar despierto. En los años cincuenta, en el programa radial “Gozar Muchachos” escuché por primera vez “Ruiseñor” interpretada por Rafa Galindo, desde aquel día, Ruiseñor se convirtió en mi canción favorita y en mi etapa de madurez, después del nacimiento de mi primera hija Sheila era la canción de cuna con la cual arrullaba en sus sueños a mi primogénita.Fue así como la canción Ruiseñor fue parte de mis vivencias de niño, del dulce arrullo de una niña en mi madurez y en las gotas de nostalgia de mi vejez.
EL RUISEÑOR
[Cuento]
Hans Christian Andersen
Había una vez un emperador chino que vivía en el palacio más esplendido del mundo. Todo en él era tan precioso y frágil, que había que ir con mucho cuidado antes de tocar nada. El jardín estaba lleno de flores maravillosas, y de las más bellas colgaban campanillas de plata que sonaban para que nadie pudiera pasar de largo sin fijarse en ellas. Era tan extenso que el propio jardinero no tenía idea de dónde terminaba. Si seguías andando, te encontrabas en el bosque más espléndido que puedas imaginar, lleno de altos árboles y profundos lagos. Allí vivía un ruiseñor que cantaba tan primorosamente, que incluso el pobre pescador, a pesar de sus muchas ocupaciones, cuando por la noche salía a retirar las redes, se detenía a escuchar sus trinos.
De todos los países llegaban viajeros a la ciudad imperial, y admiraban el palacio y el jardín; pero en cuanto oían al ruiseñor, exclamaban -¡Esto es lo mejor de todo!De regreso a sus tierras los viajeros hablaban del ruiseñor, y los sabios escribían libros y más libros acerca de la ciudad, del palacio y del jardín, pero sin olvidarse nunca del ruiseñor, al que ponían por las nubes; y los poetas componían inspiradísimos poemas sobre el pájaro que cantaba en el bosque, junto al profundo lago.Aquellos libros se difundieron por el mundo y algunos llegaron a manos del emperador quien quedó sorprendido de los comentarios sobre el ruiseñor sin que el tuviera conocimiento del mismo.
Entonces, mandó llamar al mayordomo de palacio y le ordeno buscar al ruiseñor para que acuda a cantar esta noche en su presencia. El mayordomo recorrió todo palacio y preguntó a todos por la existencia del ruiseñor. Nadie supo darle respuesta del pájaro cantor.
Finalmente el mayordomo llegó a la cocina y preguntó una pobre muchachita que exclamó. ¡Claro que lo conozco!, vive en el bosque y todas las noches lo oigo cantar. -Pequeña fregaplatos -dijo el mayordomo-, te daré un empleo fijo en la cocina y permiso para presenciar la comida del Emperador, si puedes traernos al ruiseñor.Todos se dirigieron al bosque, al lugar donde el pájaro solía situarse; media Corte tomaba parte en la expedición. Al llegar al sitio donde solía estar el ruiseñor, la pequeña exclamó ¡Escuchen, escuchen! ¡Allí está! -y señaló un avecilla gris posada en una rama.
-Mi pequeño ruiseñor -dijo en voz alta la muchachita-, nuestro gracioso Soberano quiere que cantes en su presencia.
-¡Con mucho gusto! - respondió el pájaro, y reanudó su canto que daba gloria oírlo.Todo palacio fue decorado y en medio del gran salón donde el Emperador estaba, habían puesto una percha de oro para el ruiseñor. Toda la Corte estaba presente, y la pequeña fregona había recibido autorización para situarse detrás de la puerta.Esa noche, el ruiseñor cantó de manera deliciosa que, las lágrimas acudieron a los ojos del Soberano; y cuando el pájaro las vio rodar por sus mejillas, volvió a cantar mejor aún, hasta llegarle al alma. Ante el éxito del ruiseñor, el emperador ordenó su permanencia en la corte en una jaula particular, con libertad para salir dos veces durante el día y una durante la noche. Pusieron a su servicio diez criados, a cada uno de los cuales estaba sujeto por medio de una cinta de seda que le ataron alrededor de la pierna.
Un buen día el Emperador recibió un regalo del emperador de Japón, era un pájaro mecánico que le daban cuerda para que cantara bellas canciones. El pájaro obtuvo tanto éxito como el otro; además, era mucho más bonito, pues brillaba como un puñado de pulseras y broches. Repitió treinta y tres veces la misma melodía, sin cansarse, y los cortesanos querían volver a oírla de nuevo, pero el Emperador opinó que, también el ruiseñor verdadero debía cantar algo.
El ruiseñor al verse desplazado por el pájaro artificial abandonó palacio y volvió al bosque. El Emperador y todos los cortesanos se deshicieron en reproches e improperios, tachando al ruiseñor de desagradecido por tal motivo fue desterrado del país.El pájaro mecánico estuvo en adelante junto a la cama del Emperador, sobre una almohada de seda; todos los regalos con que había sido obsequiado -oro y piedras preciosas- estaban dispuestos a su alrededor, y se le había conferido el título de Primer Cantor de Cabecera Imperial.Así transcurrieron las cosas durante un año, el Emperador y los se sabían de memoria el trino de canto del ave mecánica. Pero he aquí que una noche, estando el pájaro en pleno canto ante el Emperador, el mecanismo para darle cuerda se dañó y la música cesó.El Emperador ordenó reparar el pájaro artificial pero estaba tan desgastado que no tuvo reparación. El emperador enfermó de muerte y permanecía rígido y pálido en la lujosa cama, con sus largas cortinas de terciopelo y macizas borlas de oro. El emperador clamaba por la música y pedía al pajarillo de oro que cantase pero el pájaro mecánico seguía mudo pues no había nadie para darle cuerda, y la muerte seguía mirando al Emperador con sus grandes órbitas vacías; y el silencio era lúgubre.De pronto un canto maravilloso se escuchó en la ventana. Era el pequeño ruiseñor vivo, posado en una rama. Enterado de la desesperada situación del Emperador, había acudido a traerle consuelo y esperanza; y cuanto más cantaba, más se esfumaban los fantasmas de la muerte.-¡Gracias, gracias! -dijo el Emperador-. ¡Bien te conozco, avecilla celestial! Te desterré de mi reino; sin embargo, con tus cantos has alejado de mi lecho los malos espíritus, has ahuyentado de mi corazón la muerte. ¿Cómo podré recompensarte?-Ya me has recompensado -dijo el ruiseñor-. Arranqué lágrimas a tus ojos la primera vez que canté para ti; esto no lo olvidaré nunca, pues son las joyas que contentan al corazón de un cantor. Pero ahora duerme y recupera las fuerzas, que yo seguiré cantando. Así lo hizo, y el Soberano quedó sumido en un dulce sueño.El sol entraba por la ventana cuando el Emperador se despertó, sano y fuerte. Ninguno de sus criados había vuelto aún, pues todos lo creían muerto. Sólo el ruiseñor seguía cantando en la rama. Cuando llegaron los criados y vieron a su Emperador, éste les dijo ¡Buenos días!

RUISEÑOR
PoemaAutor: J. M. Arozamena
Un día un ruiseñorErrante y trovadorSupo que una princesaSe hallaba en la prisiónDe un viejo torreónQue pena, que dolorComo un campeadorValiente y soñadorCantóle a la princesa
La niña le escuchóY así le respondióQue pena que dolorRuiseñorLoco pájaro cantorPor qué cantas al amorSi me obliga mi señorA que me case mañana RuiseñorTú que eres la libertadAnda y dile a la ciudadCuan grande es la soledadQue hay detrás de mi ventanaEl príncipe es mi dueñoDónde estará, ruiseñorAl alba el ruiseñorDio su trino mejorA la princesa presaY aquella adoraciónFue abriendo la prisiónPor magia del amorLa niña le besóY el ruiseñor cambióPor mágica sorpresaDime quién eres tú
RuiseñorCanción
Autor: J. M. Arozamena / Luis Mariano / F. LopezInterpreta: Luis MarianoDon Dudo (TunaEspaña) www.TunaEspaña.esRitmo: Bolero Soy tu príncipe azulQue se hizo ruiseñorRuiseñorLoco pájaro cantorHoy serás tú mi señorPues no he hallado más amor que el nacido esta mañanaRuiseñorTú que eres la libertadAnda y dile a la ciudadCuanta es la felicidadQue hay detrás de mi ventanaEl príncipe es mi dueñoLo trajo aquí un ruiseñorRuiseñor, ruiseño
r.
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RUISEÑOR
Canción versión venezolana
Letra: Luís María Frómeta (Billo)
Compositor: Francis López
Interprete: Rafa Galindo

RUISEÑOR
Historia de una canción
Cuando niño tuve cierta inclinación a leer cuentos de hadas, muchos de ellos relacionados con príncipes y princesas, con reyes y emperadores solitarios que, suspiraban por tener una princesa soñada y que siempre había un obstáculo para lograrlo, pero a través de la magia o la fantasía, el autor del cuento lograba que aquel príncipe, rey o emperador rescatara la princesa y tuviese el amor soñado.En la década de los cincuenta, iniciando yo mi adolescencia tuve la grata sorpresa de escuchar por primera vez la canción “Ruiseñor” cuya letra escrita por Billo Frometa, distaba mucho de la letra original de Jesús María de Arozamena, sin embargo, el argumento y el arreglo musical seguían siendo el mismo. Aquella canción en la voz del intérprete venezolano Rafa Galindo me llegó a un rincón del alma y allí estuvo guardada durante muchos años hasta que, una cálida tarde del seis de Diciembre de 1970, nació una linda princesa que llenó mi vida de momentos de alegría y felicidad.La princesa llegó al hogar y en todos los rincones y espacios reinó la dicha y felicidad. Se escuchó su llanto y su risa, compartimos juntos juegos y travesuras, arrullé sus sueños con el canto del Ruiseñor, pero también, sequé sus lágrimas cuando rodaban por sus mejillas. Fueron momentos inolvidables y difícil de borrar, pero como en toda historia aparecen las dificultades que, entorpecen los momentos gratos y crean tristeza en quien la vive, esta historia no fue la excepción.Llegó un día en que, el cielo se puso gris y negros nubarrones surcaron el espacio, se desencadenó una fuerte tormenta y aguas torrenciales cayeron sobre la tierra. Horas después cesó la lluvia y todo quedó en silencio. Las aguas arrasaron todo y el hogar quedó vacío. Todo era tristeza, no se escuchaban risas, no habían juegos ni cantos del ruiseñor.Después de muchos años de aquel devastador invierno, llegó una nueva primavera, el sol brilló en el cielo, las semillas germinaron en los campos y nacieron flores nuevas. Volvieron los llantos, las risas y los juegos que, alegraron la novel estación, pero el ruiseñor guardó silenció y se mantuvo lejos de la ventana.Así transcurrió el tiempo y con él, muchas estaciones, hasta que llegó un día, más fresco y sereno, cuando las hojas cayeron y los árboles expusieron su natural belleza anunciando la estación de otoño. Tiempo para crear y enseñar, para dar y perdonar. Tiempo de renovar la fe y la esperanza, de llorar a los que se fueron y de alegrarse por los que vendrán.En una fresca mañana de aquel otoño, apareció el ruiseñor y con su bello canto anunció el retorno de la joven princesa que aquel invierno la alejó, ya hecha reina entró a palacio y desde ese entonces, todos juntos fuimos muy felices…ComentarioBruno Bettelheim, (1903-1990), Uno de los psiquiatras y psicólogos infantiles más influyentes del siglo veinte, refiere: "Los cuentos de hadas, es un espejo mágico que refleja algunos aspectos de nuestro mundo interno y de las etapas necesarias para pasar de la inmadurez a la madurez total. Para aquellos que se sienten implicados en lo que, el cuento de hadas nos transmite, éste puede parecer un estanque tranquilo y profundo que, a simple vista refleja tan sólo nuestra propia imagen, pero detrás de ella podemos descubrir las tensiones internas de nuestro espíritu, es decir, sus aspectos más ocultos y el modo en que logramos la paz con nosotros mismos y con el mundo externo, que es la recompensa que recibimos por todas nuestras luchas y esfuerzos".
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